Tesoros de inspiración#76: Los Fuertes y Los Débiles

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*haz clic en el video arriba para escuchar este devocional.

“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:18)

El emotivo es débil. Indefinido en las decisiones, indefinido en la fe. Es esclavo de la opinión ajena. Eso lo ha hecho infeliz, aun creyendo en Dios. El nacido del Espíritu vive la fe racional, prescinde visiones, sentimientos y emociones. Cree para ver y no necesita ver para creer. ¿Esto es locura? Ciertamente, para el mundo secular. No para el mundo de la fe, el Reino del Espíritu de Dios.

Solo el nacido de nuevo puede ver el Reino del Espíritu de Dios (Juan 3:3).

Solo los nacidos de Dios están aptos para vencer la guerra de la Salvación, porque usan la fe sobrenatural.

Por otra parte, el nacido de la emoción, no vive la fe sobrenatural. A causa de eso, no tiene coraje para asumir un compromiso serio con Dios, negar su propia voluntad, tomar su cruz y seguirlo. Al contrario, es, literalmente, cobarde. Al menor sonido de los tambores de guerra, huye. No tiene coraje para decirle no al pecado y enfrentar las injusticias. Su fe emotiva lo vuelve tímido delante de los parientes, amigos y conocidos.

No sucede lo mismo con el nacido de Dios. Su fe es sólida, cimentada, fundamentada en la Palabra. No se preocupa por la opinión ajena… Y si todos lo abandonan a causa de su fe, es entonces que se vuelve más fuerte. Que no le importe lo que digan. No se asuste con la guerra. Siga adelante y sepa en Quién ha creído.

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1 Corintios 2:14)

El nacido de Dios no se asusta con la guerra, pues sabe en Quién ha creído.

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