Tesoros de inspiración#110: Labrada para brillar

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*haz clic en el video arriba para escuchar este devocional.

“Esquinas labradas como las de un palacio.” (Salmo 144:12)

Estando en Amsterdam, Holanda, el verano pasado — dice un viajero — me interesó mucho una visita que hicimos a un lugar entonces famoso por pulir diamantes. Vimos a los hombres haciendo el trabajo. Cuando se encuentra un diamante, está áspero y oscuro como un guijarro corriente. Toma mucho tiempo pulirlo y es un trabajo muy difícil. Un pedazo de metal lo sujeta cerca de la superficie de una rueda grande que gira continuamente. Sobre esta rueda se pone polvo de diamante muy fino porque no existe ninguna otra cosa que sea lo suficientemente dura como para pulir el diamante. Este trabajo continúa durante meses y algunas veces durante años antes de llegar a su fin. Si el diamante está destinado a un rey, entonces se le dedica más tiempo y trabajo.”

¡Qué importa que la joya preciosa se rasgue y se corte hasta que sus quilates se reduzcan diez veces! Cuando se termine de labrar y de pulir brillará con mil destellos de luz reflejada ¡El valor de cada quilate se multiplicará cien veces el proceso de reducción y la amenaza de destrucción!

¡Esperemos su tiempo; confiemos en su amor para que “sometida a prueba vuestra fe . . . sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.”

“Las joyas más excepcionales soportan el esmerilar más severo: Somos la hechura misma de Dios.”

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