Reflexión#314: Qué hacer

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¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. SALMOS 121.1–2

Todos los días habrá cuestiones que manejar para las cuales el Señor lo ha dotado, y otras que usted no tiene ni idea de cómo enfrentar. Los retos que están más allá de nuestro control son, por lo general, los que dominan nuestros pensamientos. Usted considera sus circunstancias una y otra vez, preguntándose qué hacer. En conclusión, tal vez se descubra diciendo: «Simplemente, no sé».

El Padre permite estas dificultades a fin de que se apoye en Él. Recuerde que la meta de Dios es cultivar su resiliencia y fe, y lo hace así al crear situaciones en las que no tiene otra alternativa que acudir a Él (Romanos 8.24).

Cuando esto sucede, no se precipite por avanzar ni invente soluciones. Primero, empiece fijando su mente en Dios. Segundo, haga todo aquello para lo que Él le ha dado sabiduría. Tercero, deje el resto en sus manos y espere que Él le revele la senda que debe seguir. Tal vez usted no sepa qué hacer, pero Dios siempre lo sabe. Confíe en Él.

Señor, confío en ti. Cuando no sepa qué hacer, recuérdame fijar mis ojos en ti. Y mantenme sensible a tu Espíritu para que pueda permanecer en el centro de tu voluntad.

En su presencia… permítale que Él lo guíe.

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