Reflexión #204: Pasos Bien Definidos

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“Tomad . . . doce piedras . . . para que esto sea señal entre vosotros . . .
cuando vuestros hijos preguntaren . . . mañana . . . ¿Qué significan estas
piedras? les responderéis . . . las aguas del Jordán se dividieron; y estas
piedras servirán de monumento conmemorativo . . . para siempre.” (Josué
4:3,6,7)

Usted nunca tendrá éxito en cuanto a las cosas de Dios a menos que dé pasos bien
definidos.

Dios fue muy claro en su trato con Abraham. Lo trajo a un lugar especifico y
Abraham señaló el lugar.

Jacob señaló el lugar donde se encontró con Dios.

Cuando los hijos de Israel cruzaron al otro lado del Jordán señalaron el lugar en la
ribera con doce piedras y también colocaron en el lecho del río doce piedras
que más tarde, al cubrirlas el agua, estuvieron en un lugar secreto.

Dios quiere que, como creyentes, demos pasos bien definidos y que señalemos
estos pasos. Hay lugares en el corazón que el agua del Jordán cubrirá, lugares
secretos que nadie ve o de los cuales nadie sabe el significado; pero Él sí lo
sabe. Cuando usted se los ha confiado a Él para que Él haga su voluntad y le ha
dicho: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis
pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino
eterno”, Él lo sabe y contesta la oración.

¿Es éste un momento de crisis en la vida suya? Si lo es, resuélvalo ahora
mismo.

Nunca debemos retroceder en nuestras transacciones con Dios.

“Todavía no se ha visto lo que Dios puede hacer con un hombre que se en-
trega a Él incondicionalmente. La razón por la cual su obra en nosotros y por
nosotros es incompleta es porque somos de Él sólo en parte.”

Si usted se ha entregado a Dios, tiene que dar por hecho que Él toma lo que
usted le da. Llega un momento en que usted tiene que dejar de orar, y creer.
Algunos creyentes dicen: “Oh, Señor, ven y lléname.” Continúan orando y Él
dice: “Cree que yo he venido; considéralo un hecho; si tú lo das por hecho, se-
guramente vendré.”

Un amigo dijo: “Si Dios me dice que lo dé por hecho, Él se compromete a ha-
cerlo realidad.” Si continuamos creyendo, seguiremos viendo resultados. No se
equivoca el hombre que hace lo que el Señor le manda.