Posted by “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo del SEÑOR?” (Isaías 53:1)
Los milagros fueron realizados. El poder de Dios, a través de la fe, se manifestó maravillosamente. Pero algunos no creyeron. ¿Y por qué no creyeron? Porque la fe no les había sido revelada. ¿Y por qué no les fue revelada? Porque se creían sabios e instruidos. Estos creyeron que la sabiduría y la instrucción eximían la fe. A sus ojos, la fe era para ignorantes y analfabetos.
Para Dios, la fe es la revelación para los pequeñitos. ¿Quiénes son los pequeñitos? Los adultos que se hacen niños mediante la enseñanza de la Palabra de Dios. Son los verdaderos humildes de espíritu. ¿Quién les revela el poder de Dios, el brazo del SEÑOR o la fe? El Espíritu de Dios. ¿Cómo ve el SEÑOR a los que no creen? Los considera como generación incrédula y perversa. ¿Hay salvación para ellos? Mientras se mantengan sabios e instruidos a sus propios ojos, no recibirán la fe. Y sin fe no hay Salvación para nadie.
“En aquella misma hora Jesús Se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo Te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así Te agradó.” (Lucas 10:21)
Vuélvase como niño ante los ojos de Dios, en pureza de fe y humildad de espíritu, y Él le revelará Su poder.