Posted by “No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de
destruirte? No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir
antes de tu tiempo?”
(Eclesiastés 7:16-17)
Muchos se han frustrado en la fe por excederse en su justicia. Es decir, en su
manera de ver y juzgar las cosas. Cualquier pequeñez ajena ya es motivo de crí-
tica y escándalo. Todo es llevado a punta de cuchillo… Para tales personas, la
más inocente broma ya es motivo de escándalo. Se olvidan de que, a pesar de
no pertenecer al mundo, aun así, viven en él. Y a causa de eso no se puede ni
exigir mucho de los demás ni de sí mismas.
Mantener reclamos excesivos en relación a sí mismo o a los demás es un ca-
mino fácil para abandonar la fe. Somos humanos, vivimos en un mundo imper-
fecto. Nuestra parte es el esfuerzo, la sinceridad y la transparencia. Hacer lo
mejor para Él, con equilibrio.
“Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de Mí y sé perfecto.” (Génesis 17:1)
Es decir, nos volvemos perfectos a Sus ojos por el esfuerzo de andar en Su pre-
sencia, porque Él es el Dios Todopoderoso. Si andamos en Su presencia, Él nos
verá perfectos. La justicia no es nuestra, sino de Él.
Tenga equilibrio, haga lo mejor y no se exija demasiado a sí mismo o a los
demás.