Tu cuerpo agotado, tu espíritu abatido, tu mente confundida, pueden ser hoy una señal, de que estás perdiendo. No obstante, la realidad es que al final del día estás siendo transformado y moldeado por Dios.
Por ello recuerda: Tu fe es mayor que tus miedos, tu fuerza es mayor que tus dudas y Tu Dios es mayor que cualquier problema. NO TE RINDAS.