Encuentros con Jesús 55 de 365: Perdonar y ser perdonados

Posted by

Palabras de Jesús:

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. (Mateo 6:12)

Marghanita Laski, famosa novelista y crítica inglesa del siglo XX, nunca ocultó su ateísmo. Sin embargo, un día, en la televisión, en un sorprendente momento de sinceridad, dejó escapar: “Lo que más envidio de vosotros, los cristianos, es vuestro perdón; yo no tengo a nadie que me perdone.” Ella tenía razón. El perdón está en el corazón del evangelio. En efecto, es indispensable para la vida y la salud del alma, como lo es el alimento para el cuerpo.

Así que la declaración de Jesús hoy para que la hagamos nuestra es “perdónanos nuestras deudas”. El pecado se asemeja a una deuda porque merece ser castigado y porque, cuando Dios nos perdona, perdona la deuda y elimina el cargo contra nosotros.

La adición de las palabras asi “como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” se acentúa aún más en los versículos 14 y 15, que siguen a la oración y afirman que nuestro Padre nos perdonará si nosotros perdonamos a otros, pero que no nos perdonará si nos negamos a perdonar a otros. Esto no significa ciertamente que nuestro perdón a los demás nos dé derecho a ser perdonados, sino que Dios sólo perdona a los arrepentidos y que una de las principales evidencias del verdadero arrepentimiento es un espíritu misericordioso. Una vez que nuestros ojos se han abierto para ver la enormidad de nuestra ofensa a Dios, las injurias que otros puedan haber cometido contra nosotros parecen extremadamente insignificantes. Si, por el contrario, tenemos una visión exagerada de las ofensas de los demás, demuestra que hemos minimizado las nuestras. La disparidad entre el tamaño de las deudas es el punto principal de la parábola del siervo inmisericorde. Su conclusión es: “He cancelado toda tu deuda [que era enorme]… ¿No deberías haber tenido misericordia con tu consiervo [cuya deuda era insignificante] como yo la tuve contigo?” (18.32-33).

Oración:

Señor, enséñame a perdonar las ofensas de mis hermanos,  a entenderlos y a no albergar sentimientos de rencor o resentimiento, pues Tu nos has ordenado y orientado a amar como Tu nos amas. Y cuando yo falle contra Ti o contra mis hermanos dame la humildad para pedir perdón y resarcir el daño que haya hecho Padre. En El Nombre de Jesús,  Amén

Referencias Cruzadas de la Palabra de Cristo de Hoy:

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:14-15)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *