Dios, que todos mis anhelos sean conforme a los tuyos, pues mi deseo en este día es agradar Tu corazón.
Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. (1 Tesalonicenses 4:1)