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Palabra:
Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación. (Salmos 13:5)
Durante tales aflicciones, aparecen la presencia y el cuidado de nuestro Padre celestial. ComoEl Rey David, podemos acudir al Señor con nuestro dolor y pérdida, sabiendo que Él nunca nos abandonará (Hebreos 13:5). El salmista también lo descubrió, y su lamento se volvió una declaración triunfante: “Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación” (Salmo 13:5).
En nuestras luchas aparentemente interminables, su amor inalterable nos sostiene.
En tiempos de dolor y pérdidas, el Dios eterno es nuestro mayor consuelo.
Oración:
Señor, consuélame hoy. Sana mi dolor y dame la fortaleza para seguir luchando, siempre consciente de que cuento contigo para obtener la victoria. En El Nombre de Jesús, Amén.