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Palabra:
“Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8)
Lo sólido, lo fuerte, lo estable, aquello que ante ninguna fuerza ni enemigo, puede ser derrumbado y que permanecerá para siempre es la palabra de Dios. Caminemos cada día, con los ojos sobre la meta: reflejar la misericordia de Dios en nosotros, actuar con bien, dirigirnos conforme a esa fundación indestructible que hallamos en Su Palabra.
Recuerda, Jesucristo es la Roca sólida a la que podemos aferrarnos cuando las tormentas de la vida arremeten contra nosotros. Es Él en Dios, nuestra segura esperanza.
Oración:
Señor, ayúdame cada día a edificar mi vida sobre la base de Tú palabra, porque es mediante ella que podre rendirte gloria, agradecerte y servirte, siendo ejemplo de la misericordia y bondad que siembras en mí. En el nombre de Jesús, Amén.