“Mira, Yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal.”
(Deuteronomio 30:15)
Hasta hoy, Dios le hace esa propuesta. No es solo una propuesta para su fu-
turo. No es una propuesta exclusiva para la vida eterna, sino para definir su vida
hoy. Para quien elige practicar la Palabra de Dios, le está reservado el bien. Le está
reservado porque la Palabra es buena; y si es buena, su fruto natural es el bien y la
vida. Para quien elige oír al corazón y practicar sus deseos e impulsos, está reser-
vado el mal. Está reservado porque su corazón es malo, su fruto natural es el mal y
la muerte.
El Señor nos avisa, para que nadie sea engañado por el propio corazón. Si hace
la elección correcta, cosechará buenos frutos. Si hace la elección incorrecta, cose-
chará malos frutos. Esta propuesta nos es hecha día tras día.
En todos los momentos difíciles, en todas las elecciones que hacemos, tene-
mos el derecho de elegir si aceptaremos la propuesta de Dios y viviremos en
obediencia a Su Palabra, o si seguiremos a nuestro corazón y viviremos una vida
desgraciada.
La vida y el bien o la muerte y el mal, ¿cuál elegirá usted?
Dios nos hace una propuesta hoy. Haga su elección conscientemente.