Palabras de Jesús:
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lucas 10:41-42)
Cuando el Señor caminaba por la tierra, no tenía un lugar al que llamar hogar (Mateo 8:20). Pero había algo que le gustaba de una casa en Betania, donde vivía un hombre llamado Lázaro con sus dos hermanas, María y Marta. Quizás Marta era una gran cocinera. Tal vez fueron unos anfitriones maravillosos.
María y Marta eran muy diferentes entre sí. María era más tranquila, del tipo observadora y analítica. Marta era más del tipo “agarra el toro por los cuernos”, asertiva. Un día, Jesús llegó a su casa. Marta pensó que sería una buena idea hacer una comida. Entró en la cocina y se puso a trabajar. Mientras tanto, María pensó que sería una gran oportunidad para sentarse a los pies de Jesús y escuchar lo que tenía que decir. Mientras María estaba sentada disfrutando de todo lo que el Señor le ofrecía, Marta trabajaba frenéticamente en la cocina, frustrándose cada vez más porque María no la ayudaba. Finalmente, no pudo contenerse más. Salió de la cocina y, mirando a María y a Jesús, dijo: “Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.” (Lucas 10:40). Jesús respondió: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”. (41-42).
A veces podemos hacer lo mismo. Podemos emocionarnos. Como Marta, a veces ofrecemos actividad en lugar de adoración; trabajo en lugar de adoración; y sudor en lugar de inspiración. Por ello en primer lugar debemos sabere que existe un momento para sentarse y otro para moverse.
Y luego debemos seguir el ejemplo de María y desear la verdad de Dios por encima de todo. Lo importante es que Marta, al igual que María, también podría haber optado por sentarse a los pies de Jesús en lugar de preocuparse por impresionar a su invitado. Cuando Jesús es el centro de nuestra atención, todo se caerá en su lugar, en el momento adecuado.
Oración:
Padre, aumenta el deseo de mi corazón para que sea siempre mi prioridad el cumplir Tu voluntad, el aplicar Tu Palabra en mi vida y el fortalecer mi fe en Tu gracia y poder, galardones que son eternos y nunca me serán quitados. Así sea Señor, En El Nombre de Jesús. Amén
Referencias Cruzadas de la Palabra de Cristo de Hoy:
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (Juan 5:24)