Palabras de Jesús:
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!. (Mateo 14:27)
Después de un día agotador, con una larga predicación y la multiplicación de los panes, Jesús se fue a orar, solo. Sus discípulos, en una barca, se dirigían a la otra orilla del lago. Cuando, al amanecer, Jesús decidió acercarse a ellos, caminando sobre el agua, los discípulos, llenos de miedo, pensaron que era un fantasma. Pero Jesús les dijo inmediatamente: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mateo 14:27).
El miedo confunde nuestra percepción de las cosas y los procesos. El miedo nos hace ver peligros y tragedias donde no existe nada. Por lo tanto, el miedo es un terrible consejero y un motivador de la peor calidad. Actuar sobre la base del miedo nos conduce a peligros y realidades perjudiciales. Jesús fue tajante: “No temáis”.
El apóstol Juan, en su Primera Carta, nos enseña cómo librarnos del miedo y de sus consecuencias. Escribió: “Sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18). La enseñanza de la Biblia no es luchar contra el miedo. La enseñanza bíblica nos muestra cómo crecer en la dependencia del amor divino. Porque, como Dios es amor, el que ama pierde la motivación del miedo. Vale la pena llenarse del amor de Cristo. Porque en los peligros que nos rodean, no tendremos miedo de los fantasmas que pueden atormentar nuestra mente, sino una mayor confianza en el Cristo.
Oración:
Señor pongo en Tus manos todo de mi vida y Te pido me enseñes cada día a buscarte más y a depender más de Ti, pues amándote, no habrá lugar en mi corazón para el temor, sino para la plena confianza en que Tu presencia, que me acompaña en todo momento, me librará de cualquier mal. En El Nombre de Jesús, Amén.
Referencias Cruzadas de la Palabra de Cristo de Hoy:
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. (Mateo 10:29-31)