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La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.

Dios no siempre nos complace en nuestras peticiones, pero su lo permitimos, Él con su sabiduría, nos protege de nuestras propias elecciones

Las batallas de la vida son continuas, y no las gana “el más fuerte” sino el que en ningún momento duda de que es DIOS quien le da la victoria.

En Dios siempre vamos a encontrar una salida, una mano extendida, un consuelo, una respuesta…

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos

Verdaderamente Humildes

Cada vez que subas un escalón de triunfo, sube dos de humildad.