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Palabra:
Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos (Proverbios 16:24).
Cuando Dios rescató a los israelitas del cautiverio en Egipto, prometió guiarlos a una «tierra que fluye leche y miel» (Éxodo 3:8, 17), metáfora de la abundancia. Cuando el viaje se prolongó debido al pecado, Dios los alimentó con maná, un alimento que sabía a miel (16:31). Ellos se quejaron de tener que comer lo mismo durante tanto tiempo, pero es probable que el Señor estuviera anticipándoles lo que disfrutarían en la tierra prometida.
Dios aún nos recuerda que sus caminos y palabras son más dulces que la miel (Salmo 19:10). Por eso, nuestras palabras también deberían ser como la miel que comemos: dulces y sanadoras.
Oración:
Señor, endulza hoy mis palabras. Que sean ellas de aliento y refrigerio para aquellos que me rodean. En El Nombre de Jesús, Amén.