Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza
se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación
de las Escrituras, tengamos esperanza. (Romanos 15:4)
Una de las maneras más dolorosas y destructivas en que el enemigo lo atacará es
sugiriendo que usted está solo en medio de sus batallas. Sin embargo, sepa que
eso es una mentira. Dios les ha dado a los creyentes el testimonio de sus siervos
fieles a fin de que sepan que él «nunca los dejará ni los abandonará» (Deute-
ronomio 31.6, NVI). Ellos atravesaron circunstancias en las que probaron su fe tal
como usted. Y debido a que perseveraron y confiaron en Dios, usted también
puede hacerlo.
Así que, ¿contra qué batalla hoy? ¿Necesita fe para recibir una promesa como
Abraham (Romanos 4)? ¿Libertad desde la cisterna hasta el palacio como José
(Génesis 37—50)? ¿Una senda a través de un obstáculo difícil como Moisés
(Éxodo 14)? ¿Fuerza como Josué para vencer a sus adversarios (Josué 6)? ¿Perdón
como David (Salmos 51)? ¿O provisión al igual que los discípulos (Juan 6.1–14)?
Mire a sus predecesores en la fe y anímese. Dios no les falló a ellos. Siéntase
seguro de que él tampoco lo desilusionará a usted.
Señor, gracias porque no estoy solo en las pruebas que enfrento. Tú has intervenido
a favor de las personas a lo largo de toda la historia, y sé que me ayudarás. Amén.
En su presencia… obtenga aliento de las Escrituras.