“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros
permaneciereis en Mi Palabra, seréis verdaderamente Mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
(Juan 8:31-32)
Si la verdad libera, la mentira aprisiona. Muchos cristianos se emocionan
con la verdad e incluso sienten la verdad… Pero nunca conocieron la Verdad.
Para conocerla es necesario, primero, creer en Él. Después, permanecer en Su
Palabra. “Santifícalos en Tu verdad; Tu palabra es verdad.” (Juan 17:17) Separados
para Dios serían los practicantes de la Palabra de Dios.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por Mí.” (Juan 14:6)
Jesús es la Verdad. Quien le da la espalda a la verdad, Le da la espalda a
Jesús. Es necesario hacer una elección. Quienes optan por Dios, automáti-
camente le dan la espalda a la mentira, a la malicia, al adulterio, al robo, entre
otras cosas opuestas a la Verdad y a la Justicia. ¿Cuál es la diferencia entre el
siervo mentiroso y el siervo de Satanás? Ninguna.
Jesús les dijo a los hipócritas: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los de-
seos de vuestro padre queréis hacer… Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)
Prisioneros de la mentira, hijos del diablo. Palabras duras, pero palabras de
la verdad. La verdad liberadora. El siervo de Dios dice la verdad, vive en la Ver-
dad, sirve a la Verdad, mientras que el mundo vive en la mentira, sirve a la men-
tira. Claro que deberíamos esperar persecuciones. Así como los siervos de la
Verdad siempre estarán a gusto con la verdad, los siervos de la mentira siempre
odiarán la Verdad.
Somos siervos de la verdad.