“Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho.”
(Juan 15:7)
Si usted quiere tener sus pedidos respondidos por Dios, debe mantenerse
unido a Él. Permanezca en Él y certifíquese de que Su Palabra permanezca en
usted. Es decir, no permita que la duda se instale en su corazón. Si usted somete
sus pensamientos y su corazón a lo que está escrito en la Palabra de Dios, cosas
grandiosas y gloriosas ocurrirán en su vida.
Lo que Dios más desea es que usted tenga vida en abundancia, no una vida pe-
queña y mediocre, de miseria y sufrimiento. Él dijo: “El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.” (Juan 10:10)
Existen innumerables promesas de Dios para cada uno de nosotros. Solo que
para cada promesa hay una condición, un precio a ser pagado. Presente su fe, su
confianza, de toda su alma y con sus fuerzas. Cuando hay una entrega absoluta,
total y sin restricciones, viene de parte de Dios un retorno, una respuesta, y la vida
abundante que Él da. Así es como suceden las grandes conquistas en la vida.
Someta sus pensamientos y su corazón a lo que está escrito en la Palabra de
Dios.