“Pero si vas así, si lo haces, y te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de
los enemigos; porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.”
(2 Crónicas 25:8)
Usted no depende de las oraciones del pastor, no depende de un guía espi-
ritual, no depende de nadie más que de Dios, para lograr vencer sus luchas. No es-
pere por nadie. Vaya solo, actúe y sea fuerte. El coraje es el pre requisito para tener
a Dios a nuestro lado en las batallas. Dios no es Dios de cobardes, sino de vali-
entes; de valientes porque saben en Quién han creído.
Gracias a Dios por las guerras, porque estas revelan a los cobardes y a los vali-
entes. Es la guerra la que muestra de qué lado está usted; la guerra muestra cuál es
el lado que usted escogió. Quien es de Dios no teme a nada, no teme a la guerra,
no huye de la batalla. Sabe que para ganar la guerra debe actuar y depender sola-
mente de Dios. Actuar, ir solo y ser fuerte. Esta es la receta para recibir la ayuda de
Dios, mantenerse de pie delante del enemigo y conquistar la victoria.
No dependa de nadie más que de Dios y de su actitud para conquistar la victoria.