“¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el SEÑOR, el Cual creó los
confines de la tierra? No desfallece, ni Se fatiga con cansancio, y Su entendimiento
no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que
no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y
caen; pero los que esperan al SEÑOR tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como
las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”
(Isaías 40:28-31)
Es natural cansarse. No solo por los esfuerzos de alguna actividad, sino tam-
bién por los problemas y luchas del día a día. Pero Dios no Se cansa, no Se fatiga.
Él no Se cansará de luchar por Su pueblo.
Llenos del Espíritu de Dios, los que esperan en Él serán como Él: no se can-
sarán, ni se fatigarán, no importando cuánto corran, no importando cuántos años
tengan o cuán alto vuelen. Para ellos, está la promesa de la multiplicación de las
fuerzas. Sin Dios, hasta los jóvenes caen exhaustos. Con Dios, las fuerzas se renu-
evan, independientemente de la edad.
Si usted está cansado, recuerde esta Palabra. La fuerza no proviene de sus mús-
culos, de su juventud o incluso de su salud. La fuerza viene del Espíritu y es eso lo
que usted puede recibir hoy, pues ya le fue prometido. Él es el secreto de la eterna
juventud.
Sus fuerzas son renovadas y multiplicadas ahora.